lunes, 10 de octubre de 2016

ARISTÓTELES: POÉTICA 19


Más capítulos de la Poética. Cuanto más se avanza en su plan, más claro queda que lo que de verdad le interesa a Aristóteles es el argumento o la historia o la fábula (chámalle x, como decía un amigo de Tui). Aquí habla de otras dos partes: lo que se quiere decir y la forma concreta en que se dice, pensamiento y elocución; la brevedad del de Estagira es asombrosa.

Capítulo 18          Capítulo 20


Se ha hablado, pues, acerca de las otras especies: lo que resta es hablar sobre la elocución y el pensamiento.

Pues bien, que se mantenga lo dicho acerca del pensamiento en los libros de retórica: es que este asunto es más propio de aquella investigación. Atañe al pensamiento esto, cuantas cosas se deben proponer por medio del discurso. Son componentes de estas cosas tanto el demostrar como el refutar y el proponer pasiones [1456b] (como compasión o temor o ira y cuantas cosas hay de este tipo), y además grandeza y nimiedades. Es evidente que también en los acontecimientos, por los mismos principios, se ha de echar mano {del pensamiento} cuando se hayan de presentar cosas que muevan a compasión o terribles o elevadas o verosímiles. Salvo que se diferencian en esto, porque unas cosas deben aparecer sin explicación mientras que las otras han de ser propuestas en el discurso por el que habla y desarrollarse a lo largo del mismo. Es que, ¿cuál sería el mérito de quien habla si {el resultado apetecido} fuera evidente por propia necesidad y no por causa del discurso?

De las cosas que atañen a la elocución un aspecto de estudio son sus figuras, conocer las cuales es propio del arte de la interpretación y del que domina tal especialidad; por ejemplo qué es un mandato y qué una súplica, una narración y una amenaza, una pregunta y una respuesta y cualquier cosa de este tipo, si la hay. Es que del conocimiento o ignorancia de esto no se sigue para la poética ningún reproche que merezca atención. Pues, ¿de qué forma se supondría que está errado lo que censura Protágoras, lo de que, creyendo suplicar {Homero}, ordena al decir “La cólera, canta, diosa”? Ocurre, dice, que el mandar hacer algo o no es una orden. Por ello quede esto a un lado, en la idea que es tema de consideración de otra arte y no de la poética.




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