sábado, 16 de marzo de 2013

LA POÉTICA DE ARISTÓTELES: MÍMESIS


Sigo con la Poética y es la tercera entrada, después de esta y esta (aún vendrán al menos otras dos, esta y esta). Hoy le toca el turno al concepto de mímesis, "imitación". Y por cierto, ya sé que la exposición del 2 de abril la haré a la una en la Sala de Conferencias de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid.

Por si alguno se anima a venir hasta Cantoblanco (Whitestone University)


II.2. La palabra μίμησις aparece muy pronto en la Poética, en la línea nueve del texto de Kassel. El sustantivo, que traducimos habitualmente como “imitación”, es el abstracto correspondiente al verbo μιμέομαι. Los dos sentidos básicos del verbo son, según el léxico de Liddell-Scott, 
  • “imitar, representar”, 
  • o bien “expresar, representar a través de la imitación”. 
En el caso de μίμησις, nos hallamos ante la misma dualidad, y así el sustantivo significa “imitación” o “representación”, habitualmente de tipo artístico.

La utilización del término para referirse a la labor del artista que “imita” la realidad no debe de ser un invento de Platón o Aristóteles. 
Muy posiblemente, la idea de que el arte es “imitación” de la realidad se adecuaba de manera más evidente a las artes plásticas que a la poesía; pero parece que la extensión del término “imitación” (de las artes plásticas a la poesía) se hallaba al alcance de la mano, y de hecho, la ecuación ut pictura poesis de la que hablará siglos después Horacio (Epist. II 3, 361) aparece recogida ya en una cita de Simónides que nos ha transmitido el De gloria Atheniensium (347 a) de Plutarco:
ὁ Σιμωνίδης τὴν μὲν ζωγραφίαν ποίησιν σιωπῶσαν προσαγορεύει, τὴν δὲ ποίησιν ζωγραφίαν λαλοῦσαν.

"Simónides llama a la pintura poesía silente y a la poesía pintura dotada de voz".
De la μίμησις, y de la poesía como μίμησις, habla por extenso Platón, cuyas ideas sobre el particular poseen especial relevancia en cuanto constituyen el telón de fondo para el pensamiento de Aristóteles. 

Propongo aproximarnos a la visión platónica a través de algún texto del libro X de la República. En 597 c-e, en el diálogo entre Sócrates y Glaucón, se desarrolla la idea de que existe una gradación entre las actividades de Dios, el carpintero y el pintor: 
Dios es artífice de la idea de cama mientras que el carpintero es el artífice de la cama material; en cambio, el pintor que representa la cama no es artífice sino imitador, y lo que vale para el pintor vale igualmente para el autor de tragedias según declara este pasaje (Resp. X, 597 e):
Τοῦτο, ἦ δ ̓ ὅς, ἔμοιγε δοκεῖ μετριώτατ ̓ ἂν προσαγορεύεσθαι, μιμητὴς οὗ ἐκεῖνοι δημιουργοί.
Εἶεν, ἦν δ ̓ ἐγώ· τὸν τοῦ τρίτου ἄρα γεννήματος ἀπὸ τῆς φύσεως μιμητὴν καλεῖς;
Πάνυ μὲν οὖν, ἔφη.
Τοῦτ ̓ ἄρα ἔσται ὁ τραγῳδοποιός, εἴπερ μιμητής ἐστι, τρίτος τις ἀπὸ βασιλέως καὶ τῆς ἀληθείας πεφυκώς, καὶ πάντες οἱ ἄλλοι μιμηταί.

Me parece, dijo [Glaucón], que lo más adecuado es llamarle [al pintor] imitador de eso de lo que aquéllos [Dios y el carpintero] son artífices.
Vale, dije yo. ¿Llamas imitador al que hace el tercer producto contando a partir de la naturaleza?
Sí, en efecto, dijo.
Entonces eso será también el tragediógrafo, si es que es un imitador: es el tercero según la línea de sucesión y según la naturaleza, e igualmente todos los demás imitadores.
En el marco de la doctrina de las ideas, lo que se expresa en 597 c-e equivale a decir que la cama pintada o la tragedia (la poesía) ocupan el último peldaño en la escala de las realidades, pues son tan sólo imitación de una imitación, ya que el mundo sensible (al que imita el arte) es imitación del mundo de las ideas. 

Y ocuparse en escribir o leer poesía es entonces una actividad de menor valor, ya que no tiene por objeto el mundo de las realidades sino tan sólo las apariencias. Así se expresa al menos Sócrates en un lugar un poco posterior de este mismo libro X (601 b 10) :
"El creador de imágenes, el imitador (decimos), no entiende nada de lo que es sino de lo que parece ser".
Por otra parte, y como en el caso de Platón, es evidente que para Aristóteles la poesía también es imitación, μίμησις. Así queda claro ya desde la segunda frase de la Poética:
ἐποποιία δὴ καὶ ἡ τῆς τραγῳδίας ποίησις ἔτι δὲ κωμῳδία καὶ ἡ διθυραμβοποιητικὴ καὶ τῆς αὐλητικῆς ἡ πλείστη καὶ κιθαριστικῆς πᾶσαι τυγχάνουσιν οὖσαι μιμήσεις τὸ σύνολον (1, 1447 a 13-16).
La epopeya y la poesía trágica, y además la comedia, la poesía ditirámbica, el arte de tañer la flauta y la cítara en su mayor parte: todas, en su conjunto, resultan ser imitaciones.
Ahora bien, la cuestión es que Aristóteles valora el hecho de forma distinta a Platón.

El estagirita redime en la Poética la imitación y la poesía al indicar que poesía y filosofía surgen del placer del hombre por aprender, y que la imitación es la primera forma de ese aprender. 

Tratar a fondo esta cuestión implicaría desarrollar por extenso el tema de la gnoseología aristotélica. En esta entrada puede bastar quizá si ilustramos el asunto a partir de los textos de la propia Poética:
τό τε γὰρ μιμεῖσθαι σύμφυτον τοῖς ἀνθρώποις ἐκ παίδων ἐστὶ καὶ τούτῳ διαφέρουσι τῶν ἄλλων ζῴων ὅτι μιμητικώτατόν ἐστι καὶ τὰς μαθήσεις ποιεῖται διὰ μιμήσεως τὰς πρώτας (4, 1448 b 5-8).

Es que el imitar es connatural al hombre desde niño y se diferencia de los restantes animales en esto, en que es el más proclive a la imitación y adquiere los primeros conocimientos a través de ella.
  • Más aún, la cuestión no es ya para Aristóteles que la poesía, en cuanto μίμησις, pueda perjudicar al hombre al hacer que centre su atención en apariencias.
  • Al contrario, Aristóteles llega a afirmar en el capítulo 9 (1451 a 36-b 11) que la poesía, como no tiene por misión contar lo que ha sucedido sino lo que podría suceder, como no habla de sucesos aislados sino de lo general, se halla especialmente próxima a la filosofía, mucho más que, por ejemplo, la historiografía: 
διὸ καὶ φιλοσοφώτερον καὶ σπουδαιότερον ποίησις ἱστορίας ἐστίν, 1451 b 5-6.
Aristóteles reconoce por tanto, como Platón, que la poesía es “imitación” pero difiere de su maestro al considerar este hecho como algo positivo: la poesía, precisamente por ser imitación, es una forma de aprender; y es, además, una forma de aprender emparentada con la filosofía.